1962

Continuamos desarrollando cronológicamente los recuerdos de familia. Eran los comienzos del año 1.962. El 1 de marzo, después de la cena, la abuela se encontraba cansada y se acostó. Yo seguí leyendo y estudiando al calor de una estufa de serrín que teníamos colocada en la cocina-comedor.

La noche era fría. Las calles se hallaban cubiertas de una capa de nieve de unos 15 cm. de espesor. Serían las 12 aproximadamente. Oí un gemido y a los pocos momentos otro. Fui a ver a la abuela. “Puede ser el parto”. Esperamos un cierto tiempo y llamamos al médico
-“¿Es el parto, doctor?”
-“ Nadie puede decirlo mejor que ella.”

Me quedé pensativo. Transcurrieron unos minutos largos y densos. Tan sólo un gemido rompió el silencio de la habitación.

-“Preparen agua caliente”
-“No, doctor, nos vamos a Huesca”.

¿Qué porqué tomé esa decisión? Con toda certeza no lo sé, pero estoy convencido que, en parte fue como una indicación de lo alto y otra parte movido por la consideración de que la abuela llevaba un cierto tiempo padeciendo una cistitis un tanto fuerte. Eso hacía que un par de veces por semana subiera andando a la fuente de la Voz con el fin de bajar una garrafa de agua que le ayudaba a mejorar la dolencia.

Alrededor de las dos de la mañana llamamos un taxi a Castejón. Era un coche antiguo, grande, parecía más bien una furgoneta. Serían las tres de la madrugada cuando, acompañados por una señora llamada Avelina, partimos hacia Huesca. Las carreteras nevadas. El frío intenso. La abuela iba semitumbada en el asiento trasero envuelta en una manta.

Al llegar a Graus, los dolores de parto eran cada vez más frecuentes. La señora Avelina nos aconsejó que preguntáramos por la comadrona y ella nos indicaría si creía conveniente continuar el viaje hasta Huesca. La escena era para ser filmada para una de aquellas películas superrealistas tan de moda a mediados de la pasada centuria. La abuela iba tapada con una manta.

Llamamos a algunas puertas preguntando por la comadrona. Por fin dimos con ella. Y después de reconocer a la abuelita dijo que se podía `proseguir tranquilamente hasta la capital altoaragonés.

La Providencia seguía velando por nosotros. Estaba establecida la presencia de una comadrona durante todo el parto. Hicimos que asistiera una doctora y gracias a ello madre e hija pudieron continuar en el mundo de los vivos. Nació María José a madia tarde. A la mañana siguiente alguien se percató de que la niña no tragaba el alimento que le daban.

Se requirió la presencia de nuestro médico pediatra. Era un buen profesional, pero no veía claro los problemas que afectaban a la recién nacida. A través del Dr. Guallar de Zaragoza, vino un especialista recién llegado de Canadá. Ambos galenos tuvieron consulta tras la cual nos comunicaron que el caso era de extrema gravedad.

Sobre las diez de la mañana del tercer día, tomamos la decisión de llevarla a bautizar a la Iglesia de San Lorenzo. No recuerdo quienes íbamos. Lo que sí recuerdo es que yo llevaba una jarra con agua por si era necesario bautizarla por el camino. No fue necesario. La bautizó el entonces párroco de San Lorenzo D. Damián Iguacén, un santo sacerdote. Luego Obispo de Barbastro y Tenerife.

Regresamos a casa. Transcurrido un cierto tiempo, probaron de nuevo a darle un biberón y... la niña admitía normalmente el alimento. Hubo muestras de alegría contenida. En la toma siguiente se repitió la normalidad. Parecía increíble, pero los hechos eran patentes. ¿Qué es lo que había sucedido? Lo ignoro. La medicina tan apenas había intervenido. ¿Fue la propia naturaleza la que se impuso a la dolencia?

¿O tal vez fueron fuerzas superiores las que actuaron a través de las aguas bautismales? La solución, MAÑANA, pero en nuestro fuero interno creemos que la fe y la plegaria de unos padres atribulados pudieron conseguir algo inexplicable según los parámetros meramente humanos.

El 13 de abril la abuela se reincorporaba a sus clases.

La niña fue mejorando ostensiblemente y pronto pasó a ser un bebé gordito y alegre.

8 comentarios:

  1. Rafaelius:¡ Prohibido escribir así!. Ya sabes, la lágrima fácil es peligrosa.¡Qué aventura la de la familia! Cuando me hablan de hacer safaris para vivir emociones fuertes, siempre pienso que hacer crecer una familia es más emocionante que cualquier manglar. O que os lo pregunte a vosotros.Gracias por compartir estos recuerdos.

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  2. Nunca imaginé que un blog sirviera para esto: descubrir secretos celosamente guardados de los acontecimientos familiares.Estos recuerdos compartidos nos llevan a dejar patente algo que todos teníamos ya muy claro: vaya padres que tenemos y lo que han hecho por nosotros. Imagino de todos modos que estos escritos sólo recogen una parte de todos esto. Mejor así. Muchas gracias

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  3. ¡¡¡Me encanta!!! Tiene razón mami, que la lágrima fácil es peligrosa... ahora sólo falta que lo lea la protagonista de la entrada: TÍA!!! yo quiero estar presente en ese momento... jeje!!
    Bueno, a ver si llegamos pronto a 1985 y... así llego yo y eso!!!

    Besote

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  4. MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY MUY bonito y emocionante abuelitoooooo!!! espectacularrr!!!!!!

    realmente este blog sirvee!!!!
    me encantaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    yo tambien quiero ver a tia cuando lo lea...! jeje

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  5. anda que pasar de obispo de Barbastro a Tenerife... a eso lo que le iba era el carnaval!!!!! jjjeejejeejjejee abuelo esto es demasié!!!!!! no escribo algo bonito porqu me he quedao mudo, manco, sordo... atónito!

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  6. He aquí a la interesada! NO HE LLORADO POTO! A pesar de mi facilidad para emocionarme (de todos sabida) son hechos que he comentado con los Abuelitos muchas veces. Ahora, como madre experimentada, me acuerdo especialmente de la Abuelita, que es la que realmente tuvo que pasar el trago de viajar conmigo dentro, ir a un hospital.... y dar a luz. Gracias mami. No sé si el resultado es muy bueno, pero gracias a esos desvelos (y a los otros que han seguido y siguen y siguen....) de los Abuelitos aquí estoy, con otros siete que vienen detrás. Lo que no recordaba era el nombre de la Iglesia en la que me bautizaron: San Lorenzo. Quizás por eso el sexto de los míos lleva su nombre. Sólo haya algo que me preocupa (como a Mª Pi): que la memoria de Rafaelius empieza a fallar. ¿No habrás querido decir 1972? Gracias Rafaelius por tus recuerdos. Ojo no me vuelva tierna y empiece a aflojar en mis visitas de inspección semanal.
    Besos

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  7. Interesada!! Al fin has podido entrar!!! No me creo que ni un poquitito te hayas emocionado... no me lo creo!!
    Sí, efectivamente hay un error en el título de la entrada, lo puse yo, lo siento... Si mal no recuerdo debería ser 1979, ¿no? Sí, eso es, 30 años bien llevados!!!! Un besote

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  8. Mal que os pese, incluida Guayen, ni una lágrima. Claro,que debía ser el día. Igual mañana lo vuelvo a leer y sube el nivel del río!.Esperando la siguiente entrega de la telenovela, me voy a hacer la cena.(Porque una no tiene una "Abuelita" que le prepare deliciosas tortillas de patata!!.).Besos a todos/as. (Jo sóc de la modernidad).

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